jueves, 30 de julio de 2009

Oda a la amistá


Acá estamos una fecha cualquiera, un día cualquiera, un mes cualquiera o un año cualquiera y nos ponemos a pensar en ellos; ésos que están más cerca o más lejos, más o menos comunicados, más o menos locos, que son más o menos habladores, más o menos fiesteros, más o menos mentirosos y así podríamos enumerar un sinfín de posibilidades. Porque nuestros amigos son un poco así, un poco más o menos de cada cosa. Esta es mi ODA a la amistad.

Son ellos los mejores (según ellos)
que el mundo alberga (porque el mundo no tiene más remedio)
y nos ofrecen su bondad (por plata seguramente)
para calmarnos (mediante el alcohol)

Se mantienen firmes a nuestro lado (si estamos de suerte en el casino)
y por nada nos abandonan (si seguimos de racha)
porque nos ayudan a progresar (a seguir apostando)
ante las adversidades de la vida (la vida de ellos)

Acuden a nuestro llamado (si no tienen otra cosa que hacer)
y dejan toda cosa que estén haciendo (nada)
en pos de nuestra causa (y en defensa de la de ellos)
como soldados de la misma (como mercenarios de la causa)

Siempre nos hacen reir (a costa nuestra)
y cualquier ocasión es buena para festejar (en nuestra casa)
con grandes banquetes (a los que acuden con las manos vacías)
y lujosos encuentros (que pagamos nosotros)

Son así los que elegimos como amigos (ellos nos eligieron a nosotros)
y con los cuales forjamos una relación fuerte (si no se aburren)
con lazos inquebrantables (si tenemos auto)
que durarán para toda la vida (la vida del auto)

calle 7