martes, 15 de julio de 2008

La verdad sobre... Hansel y Gretel

No se bien por que, pero me vino a la mente la historia de Hansel y Gretel.
Todavía recuerdo como llevaba a mi hermana al llanto cuando los pibes estos se perdían en el bosque.
Pero para traer luz a estos acontecimientos cuentescos, aquí les dejo la verdad de la milanesa.
Resulta ser que... en una localidad del Gran Buenos Aires vivían Hansel y Gretel Gómez, dos hermanitos que compartían hogar junto a su padre Igor Wassington Gómez, inmigrante austropolaco con descendencia española, y la pareja de éste y madrastra de los niños, Isabel Flores Silvestre.
Isabel no soportaba a los pibes y trataba de ni tocarlos casi. La situación era muy incómoda. Vivían en un monoambiente los cuatro (y dos perros, dos gatos y un canario).
Una noche, mientras Hansel y Gretel jugaban a la mancha cadena, el padre planeaba las vacaciones. Y ahí nomás a Isabel se le ocurrió la mágica idea de elegir como lugar Mar del Plata. Era lo que ella necesitaba (aunque odiaba el mar) para hacer desaparecer a los pibes. Un lugar concurrido, complicado, lejos de la casa.
Así que allá fueron los Gómez de vacaciones a "La Feliz". Llegaron el 11 de enero a las 8 de la mañana. Habían salido el día anterior a las 6 de la tarde porque don Igor no conocía las rutas y no conocía de manejo (en 1º y 2º todo el viaje arriba del Fiat 600).
Como para estirar las piernas fueron directamente a la playa; bajaron el gomón, las palitas, el baldecito, los perros, los gatos, el canario en su jaula y todos los Gómez.
Ustedes calculen, 1ª quincena de enero, buen clima, Mardel a full. En Playa Grande no cabía un alfiler.
Ese fue el momento para Isabel. En un abrir y cerrar de ojos los hermanos se fueron corriendo al mar, y ahí aprovechó para cambiar de lugar la sombrilla y distraerlo a Igor con besos y caricias. Hansel llegó primero al agua y entró corriendo y saltando. Gretel entró después y se pusieron a jugar. Así estuvieron como tres horas y cuando se aburrieron salieron en busca de la sombrilla.
Y ya no estaba en su lugar. Buscaron y buscaron por toda la playa pero no la encontraron. Por otro lado Igor notó que sus hijos no volvían y cuando Isabel le dijo de irse se negó. A lo que ella le dijo: Vamos y les dejamos un cartelito de donde estamos Gor (forma cariñosa).
El aceptó. Lo que ella no le dijo es que el cartelito lo escribió en la arena, y los perros se encargaron de borrarlo con las patas.
Así Hansel y Gretel se perdieron en Mar del Plata.
Tomados de la mano echaron a andar y como ya era tarde y tenían hambre, encararon para la ciudad en busca de su padre. Pero en el camino se desviaron de la zona iluminada y terminaron por la zona del puerto.
Y como ya era de noche, buscaron una remisería, un bar, o algún lugar con luz... y que encontraron abierto? Un hermoso piringundín de procedencia dudosa. Entraron muertos de hambre y frío y los recibió una señora que podía ser su abuela pero no lo era; era la que regenteaba el piringundín y una casa de compraventa de al lado. Los hizo pasar y les dio comida y un lugar para dormir, cosa que no pudieron hacer, porque a eso de las 3 de la mañana y después de escuchar los ruidos de varias peleas entre sábanas de las piezas lindantes a la de ellos, los hermanitos se percataron de otro ruido. Un tiro. Después otro, y otro.
Gritos de: Pará!!! Pará!!! Animal!!! se hacían oir entre los disparos. Después la sirena (no de mar), la de la bonaerense, que llegaba a tratar de calmar al tiroteador.
Más tiros y después la calma. Cuando al fin salieron de la pieza casi sacados a la fuerza por un oficial, se enteraron de que la vieja había muerto de un balazo; pero se había cargado a un cliente antes, el que había empezado el tiroteo por motivos de celos, según las fuentes policiales.
Luego de darse cuenta de que eran hermanos y no una parejita precoz, la policía les preguntó el apellido y como habían llegado ahí.
Cuatro años estuvieron dando vueltas entre los Juzgados de Menores tratando de encontrar a su padre. Hasta que al fin, una tarde se contactaron con un productor de Franco Bagnato y fueron al programa. Es así que se reencontraron con su padre en "Gente que Busca Gente", luego de 4 años y medio.
El padre había sido seducido por Isabel la misma noche del abandono de los hermanos, y le había suministrado una dosis de burundanga mezclada con paracetamol y efedrina, cosa que le hizo perder la memoria temporalmente. Luego y por causas que se desconocen Isabel apareció sin vida en un descampado con una bolsa de Wall-Mart en la cabeza.
Hoy los Gómez viven felices, y sin madrastra.

1 comentario:

Ally dijo...

Diosssss!!!

Que buenas que estan "la verdad de..." ya , pero ya !! estoy esperando tu prox. entrada con ansias!
http://interes-art.blogspot.com/


calle 7