martes, 25 de marzo de 2008

Arte culinario

Bueno, bueno, llega la hora del mate, o del té, o del café y tenés visitas, y no tenés una mísera galleta de campo, un bizcocho viejo. Anotá y quedá bien con alguien.
Vas a necesitar lo siguiente: Harina leudante, azúcar común e impalpable, manteca, escencia de vainilla, huevos (colorados), coco rallado y dulce de leche (el que te guste a vos, repostero o común), y además un molde para tarta de unos 22 o 24 centimetros de diámetro o cualquier otra cosa que quieras con la forma que quieras.
Hacé así, rompés dos huevos colorados y los mezclas con 100 grs. de azúcar y un chorritín de escencia de vainilla. Batilo y mientras tanto le agregás de a poco unos 200 o 220 grs. de coco rallado y lo mezclás todo bien. Apartalo y dejalo reposar para que se "amigue" todo.
Por otro lado agarrás unos 200 grs. de manteca a punto pomada, le agregas unos 150 grs. de azúcar y los mezclas. Después le sumás un huevo colorado (o dos según el tamaño) y un chorrito de escencia de vainilla. Mezclás un poco nomás (no mucho) y le vas agregando de a poco unos 250 grs. de harina leudante. Te tiene que quedar una masa quebrada que le dicen. Con esta masa forrás el molde que elegiste (que antes enmantecaste) y ponés 500 grs. de dulce de leche. Arriba vas a poner la mezcla del coco con el resto de las cosas y lo aplanás bien. Así como está lo mandas a horno medio o medio fuerte unos 20 o 25 minutos aprox. y lo controlás porque es una pena que se queme.
Cuando ya pinchás con un cuchillo la masa y apenas se pega algo, lo sacás, lo dejás enfriar y más tarde lo desmoldás. Listo, lo último que te recomiendo es que no lo cortes en pedazos muy grandes, porque no cualquiera se los banca. Provecho.

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